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Entre Francia y Suiza recorremos Annecy y Ginebra

22-08-17
# Annecy # Ginebra # 
   
   Este día continuábamos todavía por Francia, y antes de cambiar de país, visitamos un precioso pueblecito de estilo medieval a unos 40 km de la frontera con Suiza, Annecy. 

Yo recomiendo sí tenéis intención de ir, que os quedéis todo un día, sobre todo en Verano, la ubicación es espectacular, al lado de los Alpes y con un gran lago que invita al viajero a darse un baño o a coger un hidropedal y divisar el espectacular paisaje entre montañas. Es considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia, y doy fe de ello sin lugar a dudas. 

Fue una ciudad donde vivieron los Condes de Ginebra, en un castillo de 4 torres que domina la ciudad. Todo el casco histórico se encuentra muy bien conservado, mientras camináis por sus calles empedradas podréis divisar los coloridos palacetes construidos hace más de cinco siglos, galerías de arte, un mercadillo medieval, donde podréis comprar quesos y embutidos de la zona, entre otros tantos productos artesanos. 

Nos hizo un día espectacular, fenomenal para tomar unas estupendas fotografías. Cerca del centro, podréis dejar el coche en el parking Bonlieu Préfecture, que por cierto es bastante barato, entorno a un euro la hora. 

En esta ciudad probé los mejores croisants que me he comido en la vida, toda la bollería y el pan eran todo delicatessen. Os recomiendo la panadería pastelería Le Grenier à Pain, en el número 8 de la calle Annexion. Nosotros ese día compramos diferentes tipos de pan, junto con queso y embutidos que compramos también en el mercadillo medieval, y nos sentamos a comérnoslo junto a una explanada junto al lago de la ciudad. 




La ciudad es atravesada por un río, y junto a el, es donde puedes encontrar las imágenes más bellas, son varios los canales que la componen y por ellos encontrarás multitud de puentes para cruzar de un lado a otro. Todo está muy bien cuidado, las aguas del lago, dicen que son de las más puras de Europa, la verdad que no hay más que verlas. 










   Nunca antes había visto un refugio de insectos, y por eso está fotografía. En la mayoría de las farolas había unas cuantas arañas de tamaño considerable, algo que me recordó mucho a lo que también sucedía en Praga. Es curioso que en estos países tengan mucho más respecto con todo tipo de animales.













   Este es el castillo de los Condes de Ginebra, que ahora alberga el museo de la ciudad.







      Esta es la típica estampa de la ciudad, detrás de mí se encuentra el Palacio de la Isla, que fue utilizado durante muchos años como prisión. Según dicen es el monumento más visitado y fotografiado de Francia, tras la Torre Eiffel. Se construyó en el siglo XII como residencia de los señores de Annecy, pero al poco tiempo se convirtió en Prisión. 




   Este es el precioso embarcadero que hay junto al lago, y al fondo se puede ver la gran explanada que hay donde la gente charla con los amigos y donde también hacen actividades deportivas.


 


   En esta fotografía, se encuentra el puente de los amores, en cual se dice que sí una pareja se besa en el, permanecerá juntos por siempre. 


   El Lago es de origen glaciar y es el segundo más grande de Francia, sus aguas son cristalinas y están consideradas de las más limpias del mundo. Sí dispones de más tiempo, puedes hacer multitud de actividades acuáticas, hacer un recorrido en barco, ski acuático, hacer parapente, o alquilar un hidropedales, entre otras actividades.




      Esta es una de las panorámicas tomadas del lago, una auténtica maravilla de la naturaleza.



   Fue una pena tener que dejar la ciudad, pero proseguimos nuestra ruta hacia Suiza, a la ciudad de Ginebra.

   Cambio de país y antes de entrar aunque no existe frontera, nos toca pagar la Viñeta, que es un impuesto de circulación que has de pagar de 38 euros sí quieres circular con tu vehículo por el país. Lo puedes adquirir en el propio paso de frontera, te vale durante un año sí vas a volver a ir.

   Suiza es otro mundo, has de llevar una buena cartera aunque sea para comprarte un bocadillo, los precios son más o menos tres veces lo que en España, y creerme que se nota la diferencia. Es de los pocos países de Europa que no han entrado en la tarifa plana de roaming, y para 10 minutos que tuve que poner el gps del móvil para encontrar el hotel, me sumo a la factura de teléfono nada más que 40 euros.
Al menos en el hotel, nos dieron una tarjeta gratuita de transporte público. Nos hospedamos en un Ibi a 6 paradas del centro en funicular, ya que una noche en el centro en las fechas que estuvimos, no bajaba de los 200 euros por habitación. 

Durante la tarde nos dedicamos a visitar la ciudad, alrededor del Lago Lemán, que ofrece también  vistas a los Alpes. Es una ciudad muy cuidada, sofisticada, con mucho trasiego de gente de todos sitios, es decir, muy Internacional.

El chorro como yo le llamo (Jet dÈau), es la imagen de la ciudad, pero sí quieres tomar una foto de el, tienes que saber que no está funcionando durante todo el día. Originariamente se utilizaba como limitador de presión de la conducción de agua destinada a la maquinaria utilizada en joyería, pero después se decidió iluminar y se convirtió en el símbolo de la ciudad. 



      Esta fotografía esta tomada junto a la parada de metro Bel-Air, donde se ve la torre del reloj Tour de I`lle SA.


   Nos dirigimos por la calle Rue de la Conféderátion, la calle más comercial de la ciudad, con cantidad de escaparates de marcas de lujo de relojes suizos, y como no, otro de sus emblemas  conocidos internacionalmente, las tiendas de exquisito chocolate suizo. Se vende de una manera muy original, no solo en cajas de bombones, sino también en láminas que puedes comprar al peso, pero como todo en Suiza, a un elevado precio.


   Este es la Molar Tower, situado en una plaza llena de terradas donde poder sentarte a disfrutar del ambiente de la cuidad y cenar, pero os recomiendo mirar los precios antes de pedir. 



   Esta es la prueba de lo que os digo, el tercio de cerveza nos costó unos 6,50€, y un café por 3,50€.


   El tiempo que nos hizo esa tarde fue estupendo, vimos como la gente salía de trabajar y todo el mundo iba a disfrutar de una copa al rededor del lago Lemán, había muchos bares y terrazas por la zona y estaban a rebosar. Es curioso como en muchas ciudades tienen una noria como atracción turística para disfrutar de las vistas de las ciudades.




   Sí dispones de más tiempo, recomiendan dar un paseo en barco por el Lago, para disfrutar del entorno privilegiado de la ciudad con vistas a los Alpes.





   Junto al lago, nos adentramos en el parque Inglés de la ciudad, cuyo mayor atractivo es el reloj que veis abajo. El diseño se va actualizando de diferentes maneras, esculpiendo el césped y decorándolo con diferentes tipos de flores. En este lugar también se celebran numerosos conciertos al aire libre en las noches de verano.






   Después de hacer merienda cena en un Mcdonalds, nos fuimos hacia la zona de la catedral donde anduvimos hasta llegar al paseo de Treille. Anduvimos por el casco antiguo, muy activo con tabernas, galerías de arte y tiendas de antigüedades, donde en lo alto de la colina, se alza la Catedral de Saint-Pierre.














   A partir de Place Neuve para subir al corazón del casco antiguo, La Treille es el paseo más antiguo de Ginebra. Fue creado a principios del siglo XVI y debe su nombre a su ladera, que una vez fue plantada con vides. El paseo está adornado con viejos castaños y está bordeado por el banco más largo del mundo.

   Estas fotografías no son mías, están tomadas de una galería de arte que vimos en un escaparate, me encantaron y quise llevármelas de recuerdo.








   No puedo decir que Ginebra sea de las ciudades que más me haya gustado, en su defensa he de decir, que tampoco le he dedicado apenas tiempo, tiene una gran oferta cultural con museos de todo tipo, galerías de arte y también es una zona donde saben disfrutar del buen vino. Es una ciudad muy internacional, donde el 40% de su población es de origen extranjero y donde conviven 185 nacionalidades, lo que quiere decir que viven practicamente gente de todos los países del mundo. También es una ciudad conocida internacionalmente por ser la sede de la ONU y sede principal de la Cruz Roja, conocida como "la capital de la paz". Es una ciudad para pasear y disfrutar de la calle por el entorno idílico donde se encuentra.


   “No hay tierras extrañas. Quien viaja es el único extraño”. Rober Louis Stevenson


https://pierdeteviajando.blogspot.com/2017/11/disfrutando-de-un-dia-en-berna.html