06-04-18
3 días en Budapest
El guía nos recomendó un par de bares donde comer comida tradicional muy cerca de la sinagoga y a muy buen precio. La comida para mi gusto no es muy variada, demasiada carne y patata, guisos tipo estofado y poco más. No puedo recordar los nombre de los platos, pero el más típico es el Goulash, que es un estofado con paprika, una especie de pimentón muy típico al que practicamente lo echan en todos los platos. Os muestro algunos platos típicos.
También recorrimos toda la famosa calle comercial Avenida Andrassy, donde paramos a tomar un café y un pastel en la conocida cafetería Callas, que está justo al lado de la Ópera. Es un poco más cara para lo que es la ciudad, pero merece la pena. Consumimos 4 cafés de diferentes tipos y una porción de tarta Dobos, pagando al cambio 16 euros.
Cruzamos a la ciudad de Buda por el puente de las cadenas, el cual como todos los puentes de la ciudad tuvo que ser reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial. Este puente tiene una triste historia, su vanidoso arquitecto que presumía de su perfección, coloco dos estatuas de unos leones en la entrada del puente. El día de su inauguración, un niño observó que los leones no tenían lengua, lo cual ridículo al arquitecto, propiciando un fatal desenlace, este se suicidó.
Qué bonita es Budapest, y que grandiosa la hace a su vez el Danubio, que la divide en dos mitades muy diferentes pero a la vez igual de atractivas. Es una ciudad impresionante por la cantidad de lugares emblemáticos que la forman, el centro histórico está compuesto por multitud de edificios reconstruidos después de la II Guerra Mundial, y a cual de ellos más asombroso. Se puede imaginar la majestuosidad de los tiempos de gloria de la ciudad, ahora entiendo que la llamen la perla blanca del Danubio.
Intentaré mostraros a través de mis fotografías, la espectacularidad de la ciudad, y que así os animéis a visitarla.
Creo que con tres días es tiempo suficiente para visitar prácticamente toda la ciudad, dos serían escasos, y 4 lo ideal, pero los 25 días laborables de vacaciones con los que cuento no dan para mucho. Como siempre os animo a que organicéis vuestros viajes con tiempo, sobre todo para ahorraros un dinero que luego os lo podréis gastar en el destino, o para la hucha del próximo viaje. En Diciembre compré los vuelos, mire que fin de semana entre abril y mayo salia más barato, y además en esos días que estaba barajando este destino, recibí una oferta del 20% sobre el precio base con equipaje de mano. Total que al final conseguí los vuelos por 120 euros, de viernes por la tarde, a lunes por la tarde también.
También recomendaros el sitio donde nos quedamos a dormir, escogí por booking un apartamento para 4 personas las 3 noches por 225 euros, estaba fenomenal, limpio, al lado del mercado central, totalmente reformado y en un típico edificio ruina, que ahora están muy de moda. ¿Qué es un piso ruina? Pues es un piso totalmente reformando, en edificios muy antiguos, que por fuera parece que la fachada se viene abajo, pero luego su interior te sorprende. Suelen tener un patio central, tipo a una corrala, lo único negativo que yo le vi al nuestro, fueron las escaleras hasta una tercera planta, pero es lo de menos. Además tienen servicio de transfer al aeropuero por 25 euros el trayecto, muy recomendable, y los huéspedes muy agradables y serviciales.
Central Luxury Residence (1056 Budapest, Molnár utca 27, Hungría).
Llegaríamos cerca de la 1 de la mañana al apartamento, y al día siguiente tocaba madrugar, comenzábamos con un free tour con punto de encuentro en el parlamento a las 10 de la mañana. Primero quisimos desayunar en el gran mercado central, pero como íbamos con el tiempo justo, entramos en una cafetería en frente del mercado, y pagamos el pato, fue carísima incluso para ser Budapest, donde todo el mundo que ha estado te habla de lo barata que es la ciudad.
El mercado es espectacular por sus dimensiones. Aunque vimos que los precios de los productos frescos eran un poco más baratos que en España, no puedo creer que el salario medio de allí no llegue ni a los 500 euros. Eso sí, es un país que tiene una tasa de desempleo muy baja, allí prácticamente todo el que quiere trabajar puede, pero como he dicho con bajos salarios. Apenas hay inmigración, ya que no necesitan mano de obra extrajera, ellos se lo trabajan todo. Tampoco la quieren, allí los dos grandes partidos, el que está en el poder y en la oposición son de derechas. El que preside, tiene un discurso muy centrado en difundir el miedo a la inmigración, promete mantener a Hungría blindada contra los invasores extranjeros, y el partido que le sigue en número de votos, el Jobbik, es un partido que nació con un ideario de ultraderecha y xenófobo, aunque ha tratado de cambiar de piel, para buscar el voto de centro con un discurso electoral de corte muy social. Bueno dejemos la política a un lado y veamos lo bonita que es la ciudad.
El mercado es espectacular por sus dimensiones. Aunque vimos que los precios de los productos frescos eran un poco más baratos que en España, no puedo creer que el salario medio de allí no llegue ni a los 500 euros. Eso sí, es un país que tiene una tasa de desempleo muy baja, allí prácticamente todo el que quiere trabajar puede, pero como he dicho con bajos salarios. Apenas hay inmigración, ya que no necesitan mano de obra extrajera, ellos se lo trabajan todo. Tampoco la quieren, allí los dos grandes partidos, el que está en el poder y en la oposición son de derechas. El que preside, tiene un discurso muy centrado en difundir el miedo a la inmigración, promete mantener a Hungría blindada contra los invasores extranjeros, y el partido que le sigue en número de votos, el Jobbik, es un partido que nació con un ideario de ultraderecha y xenófobo, aunque ha tratado de cambiar de piel, para buscar el voto de centro con un discurso electoral de corte muy social. Bueno dejemos la política a un lado y veamos lo bonita que es la ciudad.
Como he comentado antes, comenzamos nuestra andadura por la ciudad con un free tour, justo al lado del Parlamento. Este edifico se mantiene en muy buen estado ya que se terminó de construir en el año 1904, es de estilo neogótico, y compite en tamaño con el de Argentina, ya que dicen que es el más grande después del de Rumanía. La cúpula se eleva hasta los 96 metros y el interior está construido en mármol y oro. Si queréis visitarlo tenéis que reservarlo por Internet.
El guía que tuvimos, nos entretuvo contándonos la historia del país, de las diferentes divisiones que ha sufrido el territorio a lo largo de los años, su papel en la Segunda Guerra Mundial, su posterior invasión por los rusos, su liberación y como es la actual política en el país, justo coincidió el fin de semana con las elecciones nacionales. No recuerdo el nombre del guía, pero sí que era de un pueblo de Granada, de Santa Fé, donde se asentaron los Reyes Católicos para la reconquista del Reino de Granada.
Está foto está tomada en la plaza de la libertad, donde se sitúa la embajada estadounidense, junto a una escultura de Ronald Reagan, presidente opuesto al régimen de la URSS, que negoció el desarme nuclear soviético, y a cuyo régimen lo denominaba el imperio del mal. La estatua se encuentra justo en frente de un monolito que representa la invasión soviética, el cual han mantenido en la ciudad, y que muchos Húngaros utilizan para burlarse del régimen soviético arrojando huevos o haciendo pintadas.
Existen muchos edificios por toda la ciudad bastante deteriorados, y que gracias a empresas extranjeras, están rehabilitando con contratos de concesión para actividades comerciales, y que tras este periodo (al menos por 50 años), deberán entregarlo al patrimonio húngaro.
Esta es la Catedral de San Esteban, en honor al primer rey de Hungría, y donde se guarda la reliquia de su mano derecha totalmente momificada de forma natural. Es junto al parlamento el edifico más alto, y ningún otro puede superarlo en altura. En el se encuentran enterrados personajes que han dado fama al país por todo el mundo, como es algún que otro futbolista que jugó en el Real Madrid. El fue Ferenc Puskás, que jugo 9 años en el equipo español y que llegó a ganar 3 copas de Europa junto a otros míticos jugadores como fueron Di Stéfano y Gento. Es curioso que se encuentre un futbolista en el interior de la catedral, pero para los húngaros fue además de un gran futbolista, una excelente persona, que ayudo a miles de deportistas húngaros a ser conocidos en la élite del deporte, y por ello se sienten muy orgullosos.
También puedes subir a la cúpula a ver una de las mejores panorámicas de la ciudad.
En mitad de una calle, nos encontramos este traje de astronauta, pensamos que era porque algún húngaro había participado en alguna expedición al espacio, pero muy lejos de la realidad, era para promocionar una película húngara de humor sobre un gitano en el espacio, imaginaros sí esto se hace aquí en España la que se lía.
La visita que duro cerca de 3 horas, terminó justo en la segunda sinagoga más grande del mundo, después de la sinagoga Emanu-El en Nueva York, la cual no pudimos visitar por ser sábado. Os comento una curiosidad, sí habéis visitado Cádiz y su popular teatro Manuel de Falla, podréis apreciar un gran parecido, de estilo neomudejar.
Por la tarde nos acercamos alguno de los sitios en los que ya habíamos estado para tomar fotografías y verlo todo más relajadamente. Desde el parlamento, se puede ver la una panorámica muy bella de la ciudad de Buda, del palacio y del bastión de los pescadores.
También recorrimos toda la famosa calle comercial Avenida Andrassy, donde paramos a tomar un café y un pastel en la conocida cafetería Callas, que está justo al lado de la Ópera. Es un poco más cara para lo que es la ciudad, pero merece la pena. Consumimos 4 cafés de diferentes tipos y una porción de tarta Dobos, pagando al cambio 16 euros.
Antes de llegar al final de la avenida, podréis ver que allí se encuentran la mayoría de las embajadas, donde algunas de ellas se encuentran en ostentosas casas palaciegas, y otras en humildes pisos.
Al final de la avenida Andrassy llegas a la plaza de los Héroes, donde se encuentra la galería de Artes, el museo de Bellas Artes , el Monumento del Milenio semi circular ecléctico y la estatua del arcángel Gabriel en la columna central. A ambos lados se ven las estatuas de bronce de 7 personas de la historia húngara. En la plaza se celebran cada año las carreras hípicas llamadas "El galope nacional".
Al final de la avenida Andrassy llegas a la plaza de los Héroes, donde se encuentra la galería de Artes, el museo de Bellas Artes , el Monumento del Milenio semi circular ecléctico y la estatua del arcángel Gabriel en la columna central. A ambos lados se ven las estatuas de bronce de 7 personas de la historia húngara. En la plaza se celebran cada año las carreras hípicas llamadas "El galope nacional".
Detrás de la plaza, se encuentra un castillo que es una réplica al existente en Transilvania y conocido por ser el del Conde Drácula. Resulta que dicho estado es reclamado por Hungría, ya que hace muchísimos años perteneció a lo que se conoció como la Gran Hungría, y donde viven en la actualidad más de 2 millones de húngaros. Os recuerdo que en los edificios públicos como el Parlamento, siempre veréis la bandera de este territorio reclamado a Rumanía, junto a la propia bandera nacional húngara.
El conjunto es de estilo románico, gótico, renacentista y barroco (no le falta de nada) de 21 partes, fue construido para el milenio de 1896 para demostrar los 1.000 años de arquitectura húngara.
Tuvimos mucha suerte con el tiempo que nos hizo, a partir del domingo podemos decir que pasamos un poco de calor con la ropa que llevábamos, llegamos a tener 25 grados, e incluso cenamos durante la noche del sábado y del domingo al aire libre, en un mercado situado en Vörösmarty Tér, y en Madrid con frío y diluviando.
Al día siguiente, comenzamos con otro free tour a la ciudad de Buda desde la catedral de San Esteban, en esta ocasión la guía era Húngara y nos explico algunas tradiciones, además de contarnos lo complicado de hablar su idioma, ya que es considerado de los 3 más difíciles del mundo.
Antes de que se me olvide, tenéis que probar un dulce artesanal que hacen en las ascuas de una lumbre. Se llaman Kürtóskalács, y es una masa muy fina con sabor a canela, limón, chocolate, puedes elegir, e incluso rellenarlos de helado. Nosotros los probamos en esta cafetería, imprescindible que no se os pase.
Cruzamos a la ciudad de Buda por el puente de las cadenas, el cual como todos los puentes de la ciudad tuvo que ser reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial. Este puente tiene una triste historia, su vanidoso arquitecto que presumía de su perfección, coloco dos estatuas de unos leones en la entrada del puente. El día de su inauguración, un niño observó que los leones no tenían lengua, lo cual ridículo al arquitecto, propiciando un fatal desenlace, este se suicidó.
Una vez que cruzas a la ciudad de Buda, puedes subir por el segundo funicular del mundo, que fue el único medio de transporte hacia el Castillo de Buda hasta 1928. También lo puedes hacer caminando por una cuesta de un parque que hay justo al lado y que no es muy inclinada.
Desde el palacio puedes tomar preciosas fotografías del Parlamento.
Esta es la Iglesia de San Matías, que fue ampliada partiendo de otra iglesia anterior de la Virgen de la Asunción, colocando la torre ornada con el escudo de un cuervo. Su tejado está decorado con 250.000 azulejos. En ella se celebran conciertos de música clásica, ya que tiene muy buena acústica.
Muy cerca de allí, se encuentra una famosa pastelería que era frecuentada por Sisi Emperatriz, la cual estuvo muy vinculada a la ciudad durante el Imperio Austrohúngaro. Os dejo la dirección.
Junto a la Iglesia de San Matías se encuentra el Bastión de los Pescadores. En la edad media, el barrio de los pescadores se ubicaba debajo del Bastión, donde ellos comerciaban al lado de la Iglesia, y su gremio protegía la muralla del Castillo. Al borde de este, se construyeron unos pasajes cubiertos y torres, ofreciendo un paisaje impresionante y que representan a los jefes conquistadores del país.
Este es un patio interior del Castillo de Buda, y que puedes visitar sin entrada. Debido a las grandes explanadas de su exterior, en el se celebran varios eventos todo el año, como la Fiesta de los Oficios, el Festival del Vino y el Concierto del Palacio.
¿Cómo no venir a Budapest y disfrutar de al menos alguno de sus balnearios? Nosotros fuimos a los más famosos y grandes de la ciudad, Széchenyi. Están en el parque que visitamos el día anterior detrás de la plaza de los Héroes, y puedes llegar en metro.
Ya durante el Imperio Romano, sus manantiales eran conocidos por sus aguas medicinales. Hoy en día Budapest, es única en el mundo por tener 120 manantiales y pozos.
La piscina del exterior, está a unos 28 grados, al menos el día que fuimos, pero es que fuera estaríamos a 25 grados. No tuvo tanto mérito bañarnos. Está piscina está abierta durante todo el año, la gente viene y disfruta de ella aunque este nevando, la sensación tiene que ser única.
A la vuelta volvimos a coger el metro. Es muy peculiar y está muy bien conservado, es el segundo sistema de metro subterráneo más antiguo de mundo, y su histórica Línea 1 que data de 1896, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2002. Es muy sencillo de utilizar, y está muy vigilado por revisores que te piden el ticket continuamente. Es poco profundo, y la sirena de los vagones un poco estridente, está bien para algunos lugares más alejados del centro, pero apenas es necesario utilizarlo para los puntos de interés de la ciudad.
Desde los balnearios nos bajamos en la parada de Opera para ir a visitar los famosos bares ruinas. Hay unos cuantos en la calle Kazinczy, son edificios rehabilitados por artistas un poco transgresores, el que puedes observar una decoración para mis gusto muy psicodélica, y están siempre llenos de gente ya que es una de las opciones más populares de ocio nocturno de la ciudad.
Mirar que ambiente se respira allí un domingo por la noche! Es la plaza Erzsébet, no sé si es lo habitual, o porque el tiempo fue una gozada, pero había mucho ambiente por la noche, cosa que no ocurre en muchas ciudades europeas.
El lunes aprovechamos ya con más tranquilidad para volver al mercado Central y desayunar allí, pero me pareció muy caro. Pedimos en un puesto de la segunda planta 3 cafés (de una máquina expendedora de bebida) y tres crepes, y nos clavaron más de 20 euros. También aprovechamos para comprar regalos y algún que otro souvenir, aquí es donde los puedes encontrar más baratos.
Desde el mercado, nos dirigimos de nuevo hacia Buda cruzando por el puente Szabadság hid, y llegamos a la primera parada donde se encuentra una capilla rupestre debajo del Monte Gellért, donde según una leyenda, un ermitaño curaba a los enfermos con el agua de la fuente. En 1925, la cueva se convirtió en una iglesia con nuevas galerías.
En la subida al Monte Gellért (subirla con tranquilidad), hay varios miradores para fotografiar la ciudad, pero no mejor que el Bastión de los pescadores donde se ve todo más cerca. La ciudadela y la estatua de la libertad, la construyeron los Habsburgo en 1854, después de la derrota de la Guerra de Independencia en 1848-1849.
Junto al mercado, llegó el final de nuestro viaje, ya que habíamos quedado con el dueño del apartamento para llevarnos al aeropuerto. Comimos en la plaza y volvimos a degustar en una cafetería los dulces típicos de la ciudad. Seguro que se me olvidan cosas por contar, pero que mejor manera de que las vivas tu mismo y disfrutes de esta imprescindible capital de Europa. Es una ciudad muy accesible, barata, con multitud de lugares por recorrer, buenas conexiones y gente agradable. Tienes tiempo para no parar, y también para descansar en sus fantásticos balnearios. Y no olvides contratar alguna excursión, para conocer su interesante historia y acontecimientos ocurridos en este país. Desde luego que volvería sin dudarlo.
“Todos los viajes tienen destinos secretos sobre los que el viajero nada sabe”. – Martin Buber