Ir al contenido principal

Praga

Tercer día. 27/08/2015.

   Un nuevo día. Después de los dos días que llevábamos de arriba para abajo sin parar, decidimos tomarnos el día de una manera más relajada. Después de desayunar nos fuimos hacía el centro, hasta la plaza de la ciudad vieja para coger el bus turístico que teníamos incluido con la Prague Card. El viaje dura una hora más o menos, lo que pasa que sí lo coges al tercer día de haber estado en Praga, pocas cosas te va a descubrir, yo creo que está bien para que termines de ubicarte en la ciudad, pero en nuestro caso, casi nos habíamos pateado ya todo el recorrido. Sí vas para menos días, puede que sea recomendable,  por si no te va a dar tiempo a verlo todo. Además la audio guía deja mucho que desear. El paseo fue agradable, hacía calorcito, pero corría una ligera brisa, y a la vez ibas escuchando una sinfonía muy bonita llamada el Moldava que seguro que habrás escuchado antes. A mitad del viaje, el autobús hace una parada en el castillo de Praga, y podéis dar una vuelta de medía hora por la zona. Nosotros decidimos bajarnos y no regresar. Entramos en la National Galery, un palacio renacentista del siglo XVI donde puedes ver obras del Renacimiento y del Barroco en Bohemia. Justo al lado hay otro palacio donde puedes ver obras del Neoclasicismo a Romanticismo. Ambos museos son gratuitos con la Prague Card.

Después del museo y del paseíto en bus, nos entro hambre y aunque era un poco temprano buscamos algún sitio para comer. Tuvimos suerte y no muy lejos del castillo encontramos un restaurante un poco tétrico, era como una caverna, con prisioneros y todo. Un lugar muy peculiar y en la puerta tenía la recomendación de trip advisor, así que nos decidimos rápido. Está en la calle Jánský Vrsek, y por 35 euros en total nos pusimos morados. Pedimos dos consumiciones, sopa, codillo y costillas de cerdo asado con miel, impresionante!. Que artazón. Os dejo el link:



Cuando salimos de allí, de lo único que teníamos ganas era de sentarnos y tomarnos un buen café para espabilarnos un poco después de la copiosa comida. También compramos unos suvenirs, unos imanes para la nevera.

Como estábamos al lado izquierdo del Moldava, una cosa que nos quedaba por hacer era subir a la torre Petrin. Para ello puedes coger un funicular que sube a la colina Pertin y tiene conexión con las líneas de tranvías en la parada de Újezd. El mirador de 60 metros de altura, fue construido en el año 1891, y está inspirada en la torre Eiffel , es aproximadamente 5 veces menor. Con la Prague Card tienes acceso al funicular y la subida a la torre, pero si quieres coger el ascensor, mucho más rápido pero claustrofóbico, tienes que pagar 60 coronas.  





Hay unas vistas súper bonitas desde allí, se ve cualquier punto de la ciudad. Para bajar de la torre lo hice por las escaleras, ya que en el ascensor no caben más de 6 personas y pasaba de esperar. Para variar subí sola, así que aquí me veis echándome mis selfies. Pablito esperándome abajo como no, tomándose una cerveza. Con la misma entrada para subir a la torre, accedimos a la típica casa de espejos donde poder verse a uno mismo más gordo, delgado, chato, deformado, etc... se ve que es una atracción muy típica allí y que gusta mucho a los niños pequeños, ya que en todas las ciudades que visitamos había alguna. Yo es España recuerdo la del tívoli de Málaga, y alguna feria también. La verdad que a los mayores también nos gusta un poco mirarnos en los espejos, hacer un poco el ganso y perder las vergüenzas. Después seguimos colina abajo nuestro paseo, estábamos molidos, y las rodillas un poco tocadas con la cuesta abajo. Volvíamos hacía Malá Strana, al puente de Carlos, que para variar estaba lleno de turistas, como no:

El puente de Carlos está lleno de estatuas, una de las más conocidas está en el lugar desde donde fue arrojado al agua San Juan Nepomuceno. Se dice que quien pide un deseo poniendo la mano izquierda en la representación de su martirio, éste le será concedido. Y ahí me veis a mi, tocando con la mano derecha y la imagen de un lobo, así que ni vuelvo a Praga ni me conceden mi deseo... El martirio está justo en la base de la estatua a la derecha.
En el puente hay mucho músico callejero tocando todo tipo de instrumentos. Yo me quedé embelesada con un muchacho muy joven tocando música clásica con el acordeón. Me encantó.

Volviendo hacía la plaza de la ciudad vieja os quiero recomendar una oficina para cambiar dinero, está en la calle Maiselova número 2, y es donde cambiamos más barato. Es fácil de encontrar.


Ya por la tarde noche, nos fuimos hacía una zona de bares típicos checos, los pivobar y entramos en uno situado en la calle Uhelný trh 415/10. He encontrado en enlace en Internet. Lugar típico checo con pocos turistas.


No nos fuimos muy tarde para el hotel, al día siguiente hacíamos nuestra primer viaje fuera de la cuidad. Cesky Krumlov.