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Castillo de Neuschwanstein, Fussen y Oberammergau

26-08-17

Una ruta por los Castillos del Rey Loco, Fussen y Oberammergau

   Este día se hizo de rogar, llevaba mucho tiempo deseando visitar este fabuloso castillo de cuento, seguramente todo el mundo lo haya visto alguna en revistas o en internet, es uno de los más bellos que existen y que como sabréis ha servido de inspiración para el castillo de Walt Disney.

Existen muchas excursiones desde Múnich para visitar el Castillo, y no solo para ver el de Neuschwanstein, sino también para el de Hohenschwangau, que está uno justo en frente del otro. Desde Münich el recorrido es de 140 km aproximadamente, no es mucha la distancia, existen varias alternativas de ruta, más o menos parecidas, nosotros elegimos la que va por la autovía 96 y luego la nacional número 17. Lo mejor es ponerte el gps y dejarse guiar. El trayecto se hace corto, cuanto más te aproximas al castillo más bonito es el paisaje, muchos pueblecitos con las típicas casas de madera y con sus balcones repletos de macetas con flores de colores, las vacas en los campos pastando, todo es extremadamente verde, y un día fabuloso que nos acompaño.


Cuando llegas al castillo en coche, no tienes problema para aparcar, existen muchos parkings alrededor, sería difícil quedarse sin plaza, nosotros madrugamos ya que fuimos en fin de semana y era agosto. Para no tener que hacer colas ni esperar e incluso quedarte sin entrada, te recomiendo que reserves por internet. Puedes comprar diferentes tipos de entradas para visitar varios castillos, nosotros solo compramos para el de Neuschwanstein, nos costó 13 euros y lo hicimos a través del siguiete enlace, además te cobran algún gasto de gestión.


              http://www.neuschwanstein.de/spanisch/visitante/horarios.htm#ticketcenter 


   Como llegamos con tiempo de sobra, primero visitamos por fuera el castillo de Hohenschwangua, es muy llamativo por su color amarillo pero claro no es tan espectacular como el que hay en frente. En el mismo enlace anterior, te resumen la historia de ambas construcciones, de como el Rey Luis II mandó construir esta bella fortificación en un enclave idílico, no fue hace tantos años cuando comenzó a construirse, en el año 1869.


Para acceder al castillo de Neuschwanstein,  se puede hacer caminando cuesta arriba por un sendero asfaltado y frondoso de pinares, o sí quieres puedes hacerlo en un coche de caballos. Desde lo alto puedes tomar preciosas fotografías de los alrededores.





   Tome muchas fotografías de la zona y de los castillos, era un lugar precioso para entretenerse y contemplar todas las montañas y lagos de los alrededores. La visita al castillo es bastante corta, ya que no es demasiado grande, puedes ver diferentes salas de estar, la habitación del rey y las cocinas, también desde los balcones que se ven en la siguiente fotografía, tome grandes panorámicas. 







   Este es el famoso puente desde donde todo el mundo toma las mejores fotografías de la fachada del castillo, para llegar a el también debes caminar cuesta arriba por un camino más estrecho, aún así, está bien acondicionado. También puedes subir en autobús hasta practicamente el mismo puente, y luego ya ir hacia el castillo cuesta abajo y seguidamente a la zona de parking. 
He de decir que fue un poco claustrofóbico y a la vez sentí vértigo al acceder al puente, ya que estaba abarrotado y al pisar sobre las baldas de madera parecía que se hundía, pero ya que estaba allí tenía que tomar las fotografías de rigor.



   Estas fotos están tomadas desde los balcones del castillo, imaginaros las vistas con todo nevado, yo he podido ver algunas en otras páginas de viajes y son francamente maravillosas, aunque en invierno debe ser un poco dificil y peligroso el acceso a esta zona. Hay gran cantidad de lagos por los alrededores, que hacen aún más bonito toda esta zona.






   El Castillo es espectacular, pero el enclave no podía ser mejor, esta foto esta hecha desde el puente de madera que os he hablado, solo por este lugar merece la pena visitar Alemania.


   Una vez que visitamos los castillos, nos dirigimos al pueblo de Füssen que es el más cercano. Un lugar precioso para caminar por su allanadas calles, con sus pintorescas fachadas de colores y ambiente acogedor, además de poder disfrutar de una deliciosa comida es algunas de las terrazas de los numerosos restaurantes que allí se encuentran. Fussen principalmente es conocido por ser el lugar más cercano a los castillos del Rey loco, pero también en el centro se encuentra el castillo Alto, que era residencia de verano de los Obispos de Ausburgo. Como también ocurre en muchas otras ciudades alemanas,  Fussen es conocido por su mercadillo de Navidad.


   Os recomiendo un restaurante en la calle principal Reichesstrabe, llamado Ludwigs. Nosotros tomamos algo parecido a unos filetes empanados, y otra de las especialidades de la zona, el codillo. También puedes disfrutar de las numerosas variedades de salchichas alemanas.




   Simplemente por la pinta no dudamos en probar lo que parecían magdalenas, pero el sabor y la masa recordaba al de los pestiños. 




   Imagino que toda esta zona debe ser preciosa, simplemente por la vegetación y la hidrografía que proporciona estar tan cerca de los Alpes, la pena es no tener más días para poder perderse y descubrir idílicos lugares, francamente todo es precioso.




   Después de un placentero recorrido por las principales calles del casco histórico de Füssen, nos dirigimos a la última etapa del recorrido de hoy, un pueblo llamado Oberammergau, a 50 km por una carretera estrecha pero tranquila, dimos rápido con el lugar.

Lo descubrí leyendo blogs de viajes, es un lugar muy peculiar, con grandiosas casas repletas de coloridas flores y sus fachadas adornadas con frescos de pasajes relatados en la Biblia. El pueblo tiene una larga tradición del tallado de madera, como se refleja en los tejados y balcones de sus casas.

Además también es un pueblo popular de Baviera, ya que en el se escenifica cada 10 años la pasión de Cristo. El origen de esta celebración se debe, a que en el siglo XVII, sus habitantes juraron representar la pasión si eran protegidos de una epidemia de peste, y así fue. Es una zona muy religiosa y eso se ve reflejado en sus calles y en su gente.

   En un par de horas puedes visitar el centro del pueblo y sentarte en algún bar tranquilamente a descansar y disfrutar de una buena cerveza. A lo mejor por ser ya cerca de las 6 de la tarde cuando llegamos, apenas había turistas, y pudimos disfrutar tranquilamente del lugar. Estos sitios hacen plantearme el poder comprar en un futuro una caravana, para poder recorrer más detenidamente este rincones con tanto encanto.














   Nos encantó este lugar, perdido entre tanto valle, y que gracias a otros viajeros que comparten sus viajes, descubren a otros curiosos como yo, rincones fabulosos y encantadores.



"Sé un viajero..."