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Un día en Bérgamo

14/02/2016

Se despertó un día frío y lluvioso, un poco desagradable para caminar y complicado para fotografiar. Además aunque llevábamos todo el equipaje en unas simples mochilas, por poco que era, resultaba incómodo. Dejamos el hotel a las 10 de la mañana y emprendimos la marcha hacía el funicular que debía subirnos a la parte alta de la ciudad, pero no fue así. Cual fue mi sorpresa, que después de molestarme en hacer capturas de pantallas del google maps de donde debía estar el funicular, llegamos a una calle sin salida, y después de todo nos tocó subir andando por una calle empedrada. Menos mal que la gente joven se maneja con el inglés y nos indicaron hacía donde dirigirnos. Subimos por la Vía Noca, hasta llegar a la puerta de Sant' Agostino. Pero sí os encontráis cansados o simplemente no os apetece subir unas cuantas cuestas, acordaos que podéis coger el bus para ir a la parte alta, creo que hay más de una línea, pero el número 1, el mismo que coges desde el aeropuerto, os sirve.
Ilusa yo, pensé que sería fácil conseguir un mapa del pueblo en la estación de tren, pero no fue así, luego os recomiendo que os llevéis uno impreso en vuestro equipaje y luego ya si queréis, pidáis uno en la oficina de turismo que se encuentra cerca del Duomo. 
No sé exactamente a cuantos metros se encuentra la parte alta de la ciudad, pero para que os hagáis una idea, en la siguiente foto, se ve un campanario de la ciudad baja, y todavía quedaba por subir.



La parte alta de la ciudad se encuentra amurallada y llena de grandes casonas y palacios renacentistas, con sus calles adoquinadas, que recuerdan a la época Medieval. Con buen tiempo, sería un placer dar un paseo al rededor de la muralla.


Esta es la otra puerta de acceso a la parte alta de la ciudad si subes caminando, San Giacomo. Desde esta puerta, si continuas recto, llegas a la plaza del Mercato delle Scarpte, donde se encuentra el acceso al funicular. 


Después de llevar unos cuantos kilómetros de más en nuestras piernas, paramos en una panadería que tenía muy buena pinta, en la calle Vía Gombito, justo en la plaza del Mercato, se llamaba Nessi, pedimos un café (nada recomendable), pero por lo que más se nos apeteció, era por el escaparate tan bien presentable y goloso que tenían preparado. Aunque era una panadería, también podías sentarte para tomar algo y descansar, además al final terminamos comiendo también aquí, vendían porciones de pizza por 2,50 euros y tenían también refrescos. Después del alto en el camino, continuamos andando por las callejuelas, llenas de pequeños comercios y sitios de hostelería, seguía cayendo una lluvia muy fina, pero al menos no diluviaba. 
        

  

Llegamos a la Piazza Vecchia, el centro de la ciudad alta, donde se encuentran los puntos más simbólicos de la ciudad. Justo en medio se ve el Campanario donde puedes subir a ver la ciudad y disfrutar de las mejores vistas. En el centro se encuentra la Fontana dei Contarini


Este es el palacio nuevo, construido en el año 1593, que fue utilizado como almacén y archivo del ayuntamiento. 


Detrás de la fuente, se encuentra el Palazzio della Regione, de estilo medieval y que es el ayuntamiento más antiguo de Italia, construido en el siglo XII.




En la siguiente imagen, a la derecha se encuentra la capilla Colleoni, una obra del renacimiento, en el interior se encuentran los restos del militar que da nombre a la capilla y que mandó construir, y unos valiosos frescos. A la izquierda está la basílica de Santa María La Mayor, el monumento más importante de Bérgamo





Continuando andando por sus calles, se le apetece a uno entrar en todas las tiendas de comida y probar todo lo que se ve desde los escaparates, sobre todo si eres una amante como yo de la pizza y de la pasta.



Otro lugar de interés es La Cittadella, un conjunto de palacios construidos a mediados del siglo XIV, que se utilizó como cuartel general de la ciudad.

  


Después de conocer todos los rincones de este bello pueblo que se sitúa muy cerca de los Alpes, repusimos las fuerzas con unas pizzas y dimos un último paseo desde la parte Alta hasta la estación de tren bajando por la puerta de San Giacomo. Seguro que nos dejamos cosas por ver, pero demasiado dio de sí este fin de semana por Italia. Es un viaje con buena combinación de vuelos y horarios, y cerca de este aeropuerto hay otras ciudades conocidas de Italia para visitar y algún parque natural que otro. Echar un vistazo y organizaros un viaje de este tipo. Merece la pena viajar aunque sea solo para un fin de semana.


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